En la actualidad, la actividad del diseño gráfico va muy ligada a la ilustración, ya que ésta es un recurso dentro de la creación contemporánea, con su propio lenguaje visual, que empatiza de una manera más directa con el consumidor.

​

Al proceso de construcción de un objeto editorial o de una imagen de marca muchas veces hay que añadir la versatilidad creativa de la ilustración, donde el vínculo entre arte y diseño es cada vez más difuso pero a la vez más indispensable para elaborar proyectos comunicativos innovadores.

​

Por ello, para la creación de un producto gráfico, además de conocer sus procesos metodológicos y los fundamentos del diseño, la tipografía y la imagen, hay que añadir nuevas competencias de ilustración con las que el diseñador gráfico ha de convertirse en un creativo capaz de ponerse al frente de proyectos donde las técnicas clásicas del dibujo convergen con las últimas tecnologías.

Hoy ya existe una nueva generación de grafistas-ilustradores profesionales que ha conseguido hacerse un hueco en todos los campos creativos (como la arquitectura o la moda), reinventando conceptos y tendencias, hasta convertirse en un eslabón indispensable para la vigencia de estos sectores.